A mediados del siglo XIX, el lugar contaba con una población censada de 182 habitantes.
[8] Antiguamente mantuvo abundante población gracias a la prosperidad económica que le generaba su crecida cabaña ganadera.
Actualmente, sus pobladores se dedican al cultivo agrícola de secano (trigo, cebada, triticale, centeno...).
Se sabe que, en otros tiempos, llegó a haber hasta cuatro edificios de su categoría.
También existe una calera, derruida y oculta por la vegetación, que por encontrarse enfrente de la puerta del cementerio nuevo es utilizada como vertedero por todos aquellos que, en fechas concretas, visitan a sus fallecidos.