[4] Además, el mismo historiador señaló que la Barreira fue una de las fortalezas más importantes del territorio controlado por los arzobispos de Santiago, que en alguna ocasión llegarían a residir en ella aunque solo durante breves estancias.
Y en relación con ese mandato del rey el canónigo e historiador Antonio López Ferreiro señaló que:[2] Sin embargo, Vasco Pérez se negó a rendir homenaje por la torre de la Barreira al prelado compostelano, aunque «fingiendo gran lealtad», en palabras de López Ferreiro, acudió a luchar junto al rey Alfonso XI en el sitio de Algeciras,[6] y Eduardo Pardo de Guevara y Valdés señaló que ese noble «se las ingenió para conseguir el favor» durante el asedio del monarca castellano,[7] aunque previamente dejó la Barreira en manos de numerosos «hombres desalmados y dispuestos a cometer toda clase de atropellos», creyendo que el arzobispo acudiría junto con sus tropas a ayudar al rey en el cerco de Algeciras y que no prestaría atención a las tropelías que se llevaban a cabo desde aquella.
[8] Sin embargo, el prelado compostelano comenzó a asediarla en el verano de 1342 acompañado por varios de sus canónigos y del chantre Suero Gómez, y López Ferreiro señaló que:[8]
[10] Y la carta del prelado al rey, cuyo fragmento final transcribió López Ferreiro, concluía solicitándole que reconsiderara el cumplimiento de la sentencia que él había otorgado en Tordesillas y donde ordenaba a Vasco Pérez que rindiera homenaje al prelado por la torre de la Barreira:[11] De esta carta que el arzobispo Martín Fernández de Gres envió al rey se hicieron dos copias o «traslados», y hay constancia de que uno quedó en poder del prelado y el otro fue enviado al rey por medio del mensajero o correo Juan Pérez.
Y en la sentencia que se pronunció en Torrijos sobre el asunto el 17 de marzo de 1384[17] quedó establecido que el conde Pedro Enríquez debería devolver todas esas propiedades al arzobispo compostelano en un plazo de treinta días a contar desde la publicación de la sentencia, y también abonar los costes del proceso, que ascendieron a mil trescientos cincuenta y nueve maravedís.
[23] Además, la sentencia aprobada en Medina del Campo fue aceptada «sin reserva alguna» por el conde y su esposa, ya que ambos se comprometieron «bajo juramento» a respetar la sentencia en lo sucesivo, y López Ferreiro añadió que en el Archivo arzobispal de Santiago se conservaban las «cartas de pago dadas por el conde» sobre los 300 marcos de plata y los 30.000 maravedís que recibió a modo de compensación.
[29] La torre de la Barreira fue destruida, al igual que otras muchas fortalezas, durante la Revuelta Irmandiña, aunque posteriormente fue reconstruida.