Tomàs Puig
Colaboró activamente con la administración francesa durante la ocupación napoleónica y se dice que inspiró la política «catalanista» del mariscal Augereau.[1][3][2] Como ha destacado el historiador Juan Mercader Riba, «fue uno de los pocos catalanes ilustrados que admiraba la Francia imperial por su administración regular, por la igualdad civil y por la supremacía del Estado laico por encima de la Iglesia».Macdonald inició una nueva política menos «catalanista» y entre otras medidas restableció el carácter oficial del castellano.Sin embargo, cuando Macdonald procedió a reorganizar el sistema judicial afrancesado contó con Tomàs Puig pero este no pasó de ser, en palabras de Juan Mercader Riba, «un burócrata más entre tantos y se sumó a las filas de aquellas minorías adormecidas y amorfas que constituyeron en Cataluña el partido afrancesado».[3] Tras la restauración borbónica en España de 1814 se exilió a Francia ―en Montpellier estudió ciencias naturales―.