[1][2][3] Los cuentos se desarrollan en Cuba, París, Buenos Aires, una isla del Mediterráneo y hasta en la Antigua Roma.
Así, lentamente la carretera, producto del embotellamiento se va convirtiendo en una de micro-ciudad con sus habitantes.
Todos parecen haberse olvidado y se preparan para retomar sus vidas de antes.
Pablo es un adolescente que se encuentra hospitalizado para ser tratado de apendicitis.
Él siente vergüenza y una atracción creciente hacia una de las enfermeras la cual lo atiende.
A medida que el tiempo pasa y la operación se realiza, Pablo no mejora.
Entre eso su relación con la «Señorita Cora» (la enfermera) da varias vueltas pero termina por afianzarse en un mutuo sentimiento.
Cora lo ayuda, consciente cada vez más, mientras Pablo lucha por afirmar su autonomía, queriendo demostrar que ya no es un niño.
Él empeora e incluso llega al punto de confundir a Cora con su madre.
Tras una posibilidad de poder cambiar su vuelo, y poder evitar así ver la isla (es decir: acabar con esa obsesión), decide no hacerlo.
Baja la colina, corriendo, hacia el agua, se lanza al mar y encuentra una mano llamándolo.
Tras ello los pescadores de la isla se le acercan, lo rodean y ven solo al hombre herido.
Al finalizar el primer acto de la misma, Rice se aburre y comenta que la obra es mediocre.
En el intervalo, un hombre se acerca a su butaca y le pide que lo acompañe tras bastidores.
El hombre alto le contesta que, precisamente, no es un actor, sino Howell.
Rice vuelve a preguntar qué está sucediendo pero otra vez no le dan respuestas.
Se siente nervioso e intenta retroceder cuando Eva le tiende la mano y comienza el segundo acto.
Eva se acerca a su oreja y le susurra: «No dejes que me maten».
Ya en escena, Rice hace caso omiso a las instrucciones, yendo en contra de la corriente.
Sonia llega a la casa de Roland y él le dice que ha sido un error.
En simultáneo, la multitud ovaciona a los gladiadores e Irene desea salir de ahí.
Abruptamente, pasa a describir la Galerie Vivienne de París, y amalgama su descripción con la del Pasaje Güemes.
Se lamenta porque su novia Irma encuentra inexplicable su deseo por vagar de noche por el centro.
El narrador explica que algo de ese terror se transforma en deseo.
Ella se aprieta contra él mientras miran una revista la cual narra los asesinatos de Laurent.
Se enteran de que Laurent mata a otra mujer en la rue Beauregard.
El clima de guerra y miedo generalizado afecta su relación con Josiane.
Retorna a la bolsa porteña, en plena guerra mundial (1945), y se casa con Irma.
Piensa que, quizás, las muertes de Laurent y «del sudamericano» lo han matado a él.