Envuelto en dos rebeliones contra María I de Inglaterra, fue ejecutado por traición en 1557.
Vivió tres años en Italia antes de viajar Polonia, donde obtuvo la recomendación, del rey Segismundo Augusto Jagellón a la reina María Tudor, para que restaurase el ducado de Buckingham a su favor.
La rebelión fracaso y Thomas fue retenido en la prisión Fleet antes de huir a Francia.
Desde allí intrigaba con otros ingleses exiliados y comenzó a reclamar su derecho al trono.
Desembarcó en Scarborough el 25 de abril de 1557, se instaló en el desprotegido castillo y se proclamó Protector del Reino,[2] Recuperó las quejas contra el matrimonio con el rey Felipe, afirmó la presencia de una excesiva influencia española y se comprometió a recuperar el carácter propio del país.