Este término se ha empleado para describir a numerosos casos como las vírgenes juramentadas en los Balcanes,[1]berdache y winkte en América del Norte, muxe en México, hijra (/jishra/) en India y Pakistán,[2]kathoey en Tailandia, apwint en Birmania, akava'ine en Islas Cook, fa'afafine en Samoa, mahu en Hawái o khanith en la cultura árabe.[4] En la cultura occidental, las personas lesbianas, gais, transgénero o intersexuales han sido descritos como pertenecientes a un tercer género, aunque algunos[¿quién?]la intersexualidad generalmente entorpece sus capacidades reproductivas, y algunas anomalías pueden interferir con otros aspectos del desarrollo.[8] Los machos de Lepomis macrochirus, otro pez, tienen tres formas que exhiben comportamientos reproductivos diferentes.Previamente, en los años sesenta del siglo XX algunos antropólogos descubrieron y describieron que en varias culturas, tanto contemporáneas como antiguas se reconocen, de forma más o menos reglamentada y socialmente aceptada otros géneros que no encajan con un sistema binario de género.El antropólogo Jean-Guy Goulet (1996) hace un resumen de la literatura existente: El término «berdache» o también «bardaje», es considerado muy ofensivo por muchos dos espíritus e indígenas debido a su peyorativo origen histórico.[13] El término «dos espíritus» es un calco del inglés two-spirit creado en 1990 para expresar una identidad reconocida por muchos pueblos indígenas y es preferido habitualmente como la forma más respetuosa.A menudo, aunque de forma equivocada, llamados en inglés «eunucos», a veces nacen como individuos intersexuados o aparentemente masculinos, pero visten ropas femeninas y en general no se consideran ni hombres ni mujeres.[19] En Tailandia, las kathoey[20] (en inglés a veces llamadas ladyboys, ‘chicos-dama’) son habitualmente consideradas como un tercer género.[23][24] Algunos escritores han sugerido que el tercer sexo surgió hacia el 1700 en Inglaterra: el sodomita masculino.En la novela Das dritte geschlecht (‘el tercer sexo’, 1899), de Ernst Ludwig von Wolzogen, las feministas fueron retratadas como «neutras», con características físicas externas femeninas, acompañadas por una psique lisiada masculina.[34] Las siguientes categorías también han sido descritas como pertenecientes al tercer sexo: Los travestís de América Latina han sido descritos como un tercer sexo, aunque no se ven a sí mismos como tales.