[1] Con respecto al dominio del Califato Omeya de la península ibérica, en la Edad Media los musulmanes reconocían la existencia de las personas intersexuales, conocidos como khuntha (en árabe: خنثى) y, en aquellos casos en los que su sexo no fuese ambiguo, se les consideraría del sexo predominante, y en caso de no se pudiese determinar se les consideraba como un tercer sexo.
[5][6] La primera persona que fue registrada como intersexual en España fue Fernanda Fernández de Zújar, en el siglo XVIII.
Por lo tanto, se le anularon los votos y comenzó a vestir como un hombre.
[12] Las razones que motivan esta cirugía son variadas, y destacan los motivos estéticos, la creencia de que la posesión de genitales atípicos no les permitirá adaptarse correctamente a la sociedad ni mantener relaciones afectivas.
[13] Sin embargo, no existe evidencia científica contundente que permita establecer que la cirugía reduce el riesgo de desarrollar cáncer salvo para casos específicos, y esta puede conllevar riesgos asociados como daño en el sistema nervioso periférico o dependencia crónica al tratamiento por terapia hormonal sustitutiva.
[14][15] Hasta el año 2023, existían varias comunidades autónomas (Madrid,[16]Aragón,[17] las Islas Baleares[18] y la Comunidad Valenciana)[19] que poseían leyes que prohibían la modificación genital en menores intersexuales si no hay riesgos médicos.
Además, ninguna persona que haya ido a los tribunales para denunciar estos procedimientos ha ganado el juicio.
Las personas intersexuales son vulnerables al acoso escolar y a una mayor tasa de pobreza.
Debido a esto, muchos padres deciden abortar antes de que el niño nazca.