Agave americana

Las hojas suculentas son grandes (1-2 m por 15-25 cm), lanceoladas, de color blanco-azulado, blanco-grisáceo, verde o variegadas.Se disponen en espiral alrededor del centro donde permanecen enrolladas a un corto tallo central (denominado en México cayote[5]​).[7]​ En América Central diferentes partes de la planta se utilizan externa e internamente para diversas dolencias.Ingerida como tratamiento para diarrea, disentería, para evitar el estreñimiento, la indigestión, flatulencia, contra la ictericia y como laxante.Sin embargo, sólo muy pocas plantas, como el agave, contienen fructanas en una proporción suficientemente grande."Las fructanas son un compuesto probiótico, un alimento que contiene microorganismos vivos que permanecen activos en el intestino y tienen un efecto muy beneficioso en la microbiota intestinal", explica Toriz, "Así que las fructanas tienen un doble beneficio: pueden transportar un fármaco específico al colon y fomentan el crecimiento de bacterias beneficiosas en el intestino", agrega.[8]​ Se cultiva aún por la fibra textil de sus hojas, llamada pita, para producir cuerda, redes y otros objetos.Su elaboración consiste en machacar las hojas de la planta hasta hacer que se desprenda su parte verde y húmeda.[10]​ Debido a su potencial colonizador y constituir una amenaza grave para las especies autóctonas, los hábitats o los ecosistemas, esta especie ha sido incluida en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, regulado por el Real Decreto 630, del 2 de agosto de 2013, estando prohibida en España su introducción en el medio natural, posesión, transporte, tráfico y comercio.
Variedad marginata
Agave americana en plena floración.
Espinas al extremo de una hoja.