Un fructosano o fructano es un polímero formado por moléculas de fructosa.
Su origen se encuentra principalmente en las plantas, pero también pueden aparecer en hongos y bacterias.
Podemos encontrarlos en alcachofas, espárragos, guisantes, cebollas, puerros, cebada y trigo, entre otros.
Las plantas que almacenan su alimento como fructosanos son capaces de soportar bajas temperaturas.
[1] Los fructanos, al estar en muchos alimentos, forman parte habitual de la dieta humana, y para la mayoría de la población son perfectamente saludables.