[5] Los creyentes en esta teoría conspirativa dicen que si bien las estelas de vapor normales se disipan relativamente rápido, las estelas que permanecen más tiempo deben contener sustancias adicionales.
[20][21] A medida que la teoría conspirativa de las estelas químicas se popularizaba, los funcionarios federales fueron inundados por llamadas y cartas por la población exacerbada.
La USAF aclaró una vez más en 2005 que el documento «no refleja la política, práctica o capacidad militar actual» y que «no está llevando a cabo ningún experimento o programa de modificación del clima y no tiene planes de hacerlo en el futuro».
Actualmente estas teorías conspirativas rara vez son cubiertas por los principales medios de comunicación, y cuando lo son, generalmente se presentan como un ejemplo de paranoia antigubernamental.
[30] Diversos políticos, incluso con responsabilidades parlamentarias, se han hecho eco de esta teoría conspirativa.
Así, en 2023 el diputado uruguayo César Vega —del Partido Ecologista Radical Intransigente (PERI)— manifestó en redes sociales que está preparando un proyecto de ley para «frenar» aviones que, según él, estarían cambiando el clima; además, pidió explicaciones al Ministerio de Defensa del país por la posible dispersión en aviones de «estelas químicas».
[36] Afirman también que a partir de 1995 las estelas tienen una composición química diferente y duran mucho más en el cielo.
[37]Los proponentes de la teoría conspirativa caracterizan a las estelas como corrientes que persisten durante horas y que, con sus patrones de rayas entrecruzadas, cuadriculadas o paralelas, finalmente se mezclan para formar grandes nubes.
Ven la presencia de colores visibles del espectro en las corrientes, concentraciones inusuales de rastros del cielo en una sola área o rastros persistentes dejados por aviones militares o sin marcar que vuelan a altitudes o ubicaciones atípicas como señales de estelas químicas.
[41] En una entrevista para The Joe Rogan Experience el exempleado de la CIA y denunciante Edward Snowden, declaró que había buscado en toda la información secreta del gobierno de los EE.
En el informe, se estudió el aire debajo de una trama cruzada de supuestos chemtrails y aparentemente se encontró que contenía niveles inseguros de bario: con 6.8 partes por millón, tres veces el límite recomendado por los Estados Unidos a nivel nacional.
[33] Hay sitios web dedicados a la teoría conspirativa, y es particularmente favorecida por los grupos de ultraderecha porque encaja bien con la profunda desconfianza del gobierno que los caracteriza.
Reich afirmaba que este dispositivo podía influir en el clima y eliminaba la energía dañina de la atmósfera.
[35][58] Además se critica que en estos estudios no se analizan las nubes, sino el suelo y que los productos encontrados en ellos son normales y no constituyen peligro para la población.
El término 'chemtrails' es una expresión popularizada, y no hay evidencia científica que respalde su existencia».
En el Reino Unido, en 2005, se le preguntó a Elliot Morley, Ministro de Estado del Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales[69] «¿qué investigación ha emprendido [el] departamento sobre los efectos contaminantes de las estelas químicas de aviones?», y él respondió que «el departamento no está investigando las estelas químicas de los aviones, ya que no son fenómenos científicamente reconocidos», y que se estaba trabajando para comprender «cómo se forman las estelas y qué efectos tienen en la atmósfera».
[71][72][73][74] En los Estados Unidos, la naturaleza reticular de los carriles de vuelo del Sistema Nacional del Espacio Aéreo tiende a causar estelas cruzadas, y en general es difícil discernir desde el suelo si las estelas superpuestas están a altitudes similares o no.
[75] La USAF elaboró una hoja informativa que describía estos fenómenos de estelas tal como han sido observados y analizados desde al menos 1953.
Estos mismos detractores insisten en que las supuestas estelas químicas detectadas se encuentran a gran altura y no -como afirman algunos defensores de la versión de la conspiración- a baja altura.
Además, muchas estelas químicas provienen de aviones civiles, lo que hace aún más difícil mantener el secreto.
Dicha descripción la dio el capitán Ward S. Wells durante la ofensiva de Meuse-Argonne en la Primera Guerra Mundial.
La velocidad a la que se disipan las estelas depende completamente de las condiciones climáticas.