Teodoro el Ateo

En respuesta recibió una amenaza de crucifixión por parte de Lisímaco, anécdota que fue rememorada por muchos escritores antiguos (Cicerón, Séneca, etc.): "Emplea tales amenazas hacia esos cortesanos tuyos, porque a Teodoro no le importa si se pudre en el suelo o en el aire."Se dice que también realizó un viaje a Corinto con varios de sus discípulos: pero tal vez fue solo una visita transitoria durante su residencia en Atenas.Finalmente regresó a Cirene y vivió allí, dice Diogenes Laercio, en la corte de Magas, —el hijastro de Ptolomeo—, el cual gobernó Cirene durante cincuenta años (c. 300-250 a. C.) como virrey primero, luego como rey.Se conservan varias anécdotas características de Teodoro (Laercio, Plutarco, Valerio Máximo, Filón, etc.), las cuales le representan como un hombre agudo y listo.Este le dijo: "Oh tú, sofista, no necesitarías de tantos discípulos si lavases hierbas".Según el Suda, escribió muchas obras sobre las doctrinas de su secta y sobre otros temas.