No se sabe de dónde era originario, aunque vivió en Atenas, Alejandría y Roma.
Recibió el sobrenombre de «Empírico» por sus concepciones filosóficas pero, especialmente, por su práctica médica.
Hace una crítica del silogismo, al que considera un círculo vicioso, y pone en entredicho la noción de signo, especialmente tal como lo entendían los estoicos.
Si es simple, es uno de los elementos: tierra, aire, agua o fuego y, entonces, es inerte e inanimado.
[2] Petrus y Jacobus Chouet publicaron el texto griego por primera vez en 1621.