Los carmelitas descalzos, apoyados por el rey Felipe II, llegaron a la Nueva España en 1585 con la misión de ayudar en la conversión de los nativos al cristianismo.
[2] Para su fundación fue utilizada una real cédula que les había otorgado el Felipe IV en 1661.
El aljibe quedó dentro de los límites del panteón y actualmente se encuentra deteriorado y en riesgo de desaparecer debido a la negligencia de las autoridades del panteón;[5] Sin embargo la fundación El Carmelo Descalzo en México A.C.
presidida por la historiadora Armindia Soria ha elaborado un proyecto para rescatar el espacio y restaurar el pórtico y el aljibe, el cual constituye el único ejemplo de su tipo en América latina.
[6] Dicho proyecto aún no ha sido considerado por el Gobierno del Distrito Federal.