Cualquiera que sea el material utilizado, las características esenciales de la talla son las mismas.Esta técnica puede aplicarse a cualquier material que sea lo suficientemente sólido como para mantener una forma incluso cuando se le han quitado partes, pero lo suficientemente blando como para que se puedan raspar partes con las herramientas disponibles.Una vez que se ha bloqueado el material, se trabaja progresivamente, tallando primero las formas y los planos de mayor contorno y luego los más pequeños hasta llegar finalmente a los detalles de la superficie para, finalmente, proceder al acabado deseado por el artista.La talla, como medio para hacer esculturas de piedra o madera, es distinta de los métodos que utilizan materiales blandos y maleables como la arcilla o el vidrio fundido, que pueden moldearse en las formas deseadas mientras están blandos y luego endurecerse en esa forma.[2] El tratamiento artístico de los metales, mediante corte y entallado, suele denominarse grabado.