Takijirō Ōnishi

Tras su ascenso a teniente comandante fue asignado al portaaviones Hōshō en 1928, como jefe del ala aérea embarcada.

Ōnishi estaba interesado también en la psicología, particularmente en lo relacionado con las reacciones de los soldados bajo circunstancias críticas e incluso había publicado un libro sobre el tema en 1938: La ética en la guerra en la Armada Imperial.

Entrada la noche del 15, decidió cometer seppuku y el personal de la base lo halló en la madrugada.

[4]​ La nota final o yuigon que escribió decía:[4]​ En la muerte, quiero purgar la parte que me toca en el fracaso de no lograr esa victoria y pido disculpas a las almas de esos aviadores muertos y sus acongojadas familias.

Deseo que la gente joven de Japón encuentre en mi muerte una moraleja.

La espada con que Ōnishi se quitó la vida es exhibida en el Museo Yūshūkan, cercano al Santuario Yasukuni, en Tokio.

Ōnishi en la cabina de un avión.