La palabra sumiller designaba durante los siglos XVII y XVIII al jefe principal de alguna oficina o ministerio de la Real Casa española.
en dichas celebraciones religiosas le correspondía correr la cortina del camón o tribuna delante del Rey y en asistir a éste en los oficios divinos en la capilla real.
En los oficios eclesiásticos portaba un tafetán con el que limpiaba el misal y lo mismo hacía con la paz antes de llevársela a besar a los reyes que eran los momentos en los que abría o cerraba las cortinas.
Además, estos sumilleres custodiaban todos los ornamentos y libros de Devoción, Horas y Cuentas que utilizaba el monarca.
Los sumilleres de cortina estaban entre los cargos expresamente autorizados para asistir a las audiencias y comidas del rey.