La sodalita es interesante en el ámbito del coleccionismo debido a que no es fácil de encontrar en la naturaleza ejemplares bien cristalizados y con una acusada transparencia.
Esta suele ser, generalmente, de tonos azules o lila claro, y estos ejemplares son los más apreciados por los coleccionistas.
Son minerales con una composición química muy parecida a los feldespatos, pero en los que el contenido en sílice es menor.
Las tallas más habituales son en esfera o en cabujón, salvo en los escasos ejemplares transparentes o con brillo vítreo que se encuentran, a los que se le aplica la talla en facetas con el fin de sacar el máximo partido a su luminosidad.
En algunos casos se ha llegado a afirmar que la sodalita es un componente del lapislázuli, error que seguramente se debe a la presencia de lazurita entre los componentes de este último.