El grupo de músicos ensayaba en unas dependencias anejas a la ermita del Rosario -hoy Parroquia-.
Su auge fue tan importante que se precisó apoyar la infraestructura musical recién creada formando una verdadera sociedad cultural en el Marítimo.
Con el nuevo director, don José Borrero Pérez, se participó en los certámenes de Valencia, Castellón, Tortosa, Albacete y Xátiva, obteniéndose primeros puestos.
Fue don Vicente Tomás Ridaura, educado musicalmente en el Patronato el cual prosiguió la línea de actuaciones anteriores.
La situación económica fue insostenible hasta que en 1931 se optó por vender el edificio para poder hacer frente a las deudas.
Al maestro Navarro le sucedió don Pascual García, que compaginaba la dirección con la composición.
Entre las obras que compuso siendo director del Ateneo cabe citar el Himno al Levante Unión Deportiva.
El Ateneo Musical del Puerto colaboraba en todo lo que se le requería.
La profunda reorganización y la labor pedagógica del nuevo director don Manuel Revert Fort hicieron el resto.
Allí la Escuela de Música y la Banda pudieron empezar una nueva andadura.
Más tarde vinieron los uniformes pagados con lo obtenido por la venta de loterías.