La Orden creó una poderosa armada, conservando con ella una serie de guarniciones en las islas del Dodecaneso.
Mientras tanto, el Imperio Otomano se iba expandiendo, y la presencia de los Hospitalarios en Asia Menor era considerada una amenaza por parte del sultán otomano.
Tras la Caída de Constantinopla, no obstante, los otomanos se hallaban con más capacidad para realizar operaciones militares en el Mediterráneo.
Tras firmar la paz con la Señoría de Venecia en 1479, su principal rival en el este del Mediterráneo, los turcos aprovecharon para redirigir sus fuerzas contra otros enemigos de la zona, como los caballeros de Rodas, que venían reforzando sus defensas desde 1478.
Tras este rechazo, los caballeros acometieron una salida de la plaza, llegando a penetrar en el campamento turco y provocando la retirada de estos.