[3] El Magnánimo fue capturado por los genoveses en la batalla naval de Ponza y entregado a Felipe Maria Visconti, pero el Magnánimo y el duque de Milàn acordaron un apoyo mutuo por el tratado de Milán, en la demanda del trono de Nápoles por parte del primero, y en la disputa contra los Sforza y el Papado por parte del segundo, de esta manera el Magnánimo fue liberado en octubre.
[5] Alfonso, que salió de Capua con la escuadra de Barcelona, tomó rápidamente la mayor parte del reino, y nombró caudillo de sus fuerzas al Condotiero Francesco Piccinino para luchar contra los Estados Pontificios.
En 1437 inició desde el Castillo Nuevo y el Castel dell'Ovo el sitio de Nápoles, defendido por Antonio Caldora, que resistió teniendo que acabar por levantar el sitio a causa del ataque de las fuerzas papales en abril de 1437, comandadas por Juan Vitellesco de Cornetto que asediaron Capua donde se reunieron con las de Caldora, aprovechando que Alfonso había iniciado el sitio de Aversa, que tuvo que levantar para socorrer a los de Capua, consiguiendo que los angevinos se retiraran a Nápoles.
[9] Aprovechando la ausencia de Renato, Alfonso puso de nuevo sitio a la capital, pero en octubre de 1438 murió su hijo el infante Pedro,[11] y el verano siguiente tuvo que acabar rindiendo el Castillo Nuevo, que los Aragoneses habían conservado hasta entonces.
En noviembre de 1441 Alfonso puso nuevamente sitio a Nápoles, y el 2 de junio de 1441, después de que los aragoneses entraran en la ciudad, habiendo construido un túnel por el que entraron unos soldados que lograron abrir las puertas, Renato de Anjou huyó sin oposición en una galera con destino a Génova,[10] y Alfonso entró, venciendo a todos sus enemigos: a Florencia, a Venecia, al Papado, y a los partidarios angevinos dentro de Nápoles,[12] Eugenio IV y Alfonso el Magnánimo negociaron un arreglo de sus diferencias en la primavera de 1443, dando lugar a un acuerdo formal en Terracina en 14 de junio de 1443.