Simón el Mago

Cuando Pedro y Juan fueron enviados a Samaria, Simón les ofreció dinero a cambio del poder de transmitir el Espíritu Santo, proposición que ambos apóstoles rechazaron escandalizados.

Cuando exhibía sus poderes mágicos en Roma, volando ante el emperador romano Nerón en el Foro Romano, para probar su condición divina, los apóstoles Pedro y Pablo rogaron a Dios que detuviese su vuelo: Simón paró en seco y cayó a tierra, donde fue apedreado.

[6]​ Para el simonianismo, antigua secta gnóstica, Simón Mago era un dios en forma humana.

San Justino mártir (en sus Apologías y en una obra perdida contra las herejías, que San Ireneo utilizó como su fuente principal para una obra similar) e Ireneo (Contra las Herejías) cuentan el mito de Simón y Elena.

Tras redimirla de la esclavitud viajó con ella, proclamándose Dios y a ella como su Ennoia, prometiendo que disolvería el mundo que los ángeles habían creado en su rebelión, pero quienes confiasen en él y en Elena regresarían con ellos a los mundos superiores.

También dice que el emperador Claudio levantó una estatua a Simón en una isla del río Tíber con la inscripción Simoni Deo Sancto ("A Simón, el Dios Santo").

Algunos creen que Hipólito muestra una versión más elaborada del simonianismo, posterior a su fundador, y que en las doctrinas originales del culto eran mucho más sencillas y próximas al relato de Justino mártir e Ireneo.

Además, el apócrifo Apocalipsis de Esteban presenta a Pablo en un tono muy negativo, mostrándolo como un villano y enemigo del cristianismo, convirtiéndose únicamente al final de su vida.

<< En el primer siglo de nuestra era un hombre llamado Dositeo fundó una secta en Samaria.

Entonces la capturarón y la encerraron en un cuerpo material, de tal forma el Espíritu llegó a estar sujeta a los ciclos de nacimiento y muerte, reencarnándose en cuerpos humanos desde entonces.

En otras palabras, el Espíritu Santo quedó atrapada por su propia creación.

Este mito, bien simple, es una metáfora para todos los hombres, que como Elena, tienen su espíritu capturado en sus cuerpos materiales.

También habría existido un rito de carácter sexual que representaban la unión del Padre Dios y la Madre Dios, este rito se llamaba el «Amor Perfecto» (Hipólito, Refutación 6,19, 5; Epifanio, Panarion, 21,4, 1-2).

Para más detalles:[7]​ >> Se afirma que la iglesia de Santa Francesca Romana, en Roma, fue construida en el lugar donde cayó Simón.

Conflicto de Pedro con Simón el Mago por Avanzino Nucci, 1620. Simón está a la derecha, vestido de negro.