La denotación en ella refiere a la vida de los animales (perros), pero casi nunca es esa la significación dada en su uso.
Por la connotación, el hecho comunicacional sintagmático es llevado hacia un campo de significación adjunta, que con su organización formal lo caracteriza.
El mensaje, por su típica organización funcional significativa, está diciendo: «¡Ha de beber leche usted si quiere mantenerse joven!» A la vez, en cada elemento de los códigos connotativos, podemos distinguir sus significante y significado.
También se emplean convenciones connotadoras en el habla para provocar determinado sentimiento en el receptor de un mensaje, estas inducciones se configuran en un estilo apelativo, que a veces no es fácilmente distinguible del estilo expresivo.
Las suposiciones de realidad, atinamiento, jerarquía, y justa ubicación natural en la situación comunicativa, están generalmente puntuadas por la connotación.
En condiciones civilizadamente «normales», una persona o publicación no irá a decirle su receptor: «Atienda lo que le digo; yo estoy en un plano superior al suyo, a usted le falta mi nivel».
Esto, además de jamás poderse constatar, podría tener varios otros inconvenientes.
Este pensamiento es muy conveniente para lograr que se les conceda justificación a los valores tecnocráticos y productivistas.