Siete días de mayo

Scott no está dispuesto a que su nación quede indefensa y planea el derrocamiento del presidente.

Un subalterno del general Scott, el coronel Martin "Jiggs" Casey (Kirk Douglas), se da cuenta de las intenciones de su superior, y su conciencia se debate entre la lealtad a su superior y la lealtad al presidente Lyman.

Jordan Lyman firma un tratado de desarme nuclear con la Unión Soviética, según el cual los dos países destruirán al mismo tiempo sus armas nucleares bajo inspección internacional mutua.

Aunque personalmente se opone a la posición del presidente Lyman, Casey está consternado por la maniobra inconstitucional.

Alerta a Lyman y su círculo íntimo: el Director del Servicio Secreto Arte Corwin, al Secretario del Tesoro Christopher Todd, al asesor presidencial Paul Girard, y al senador de los Estados Unidos por Georgia, Raymond Clark, un aliado político y personal del presidente.

Girard logra la confesión escrita del almirante, y telefonea al Presidente antes de abordar un avión desde Madrid a Washington.

En un encuentro con Scott en la despacho Oval, el presidente se enfrenta a él y exige su dimisión, "junto con los otros miembros del Estado Mayor Conjunto involucrados en esta traición a la patria."

Scott, al principio niega toda culpa, alegando que el presidente había aprobado verbalmente la base secreta en Texas.

Cuando Scott no logra convencer al presidente de su inocencia, comienza a hablar libremente y se lanza a un debate con Lyman, argumentando que la aprobación del tratado debilitaría los EE. UU.