Sentencia arbitral de Bayona

[1]​ Como ha señalado Carme Batlle, Enrique IV era «el único aliado posible» tras el pacto sellado en Bayona entre Juan II de Aragón y Luis XI de Francia.

[8]​ Como han destacado Santiago Sobrequés y Jaume Sobrequés, «la sentencia era absolutamente negativa para la causa del Consell del Principat, que no tenía otra salida sino rendirse, y que, además, le hacía perder al cabo de pocas semanas la escasa y poco eficaz ayuda que le representaba Castilla».

[13]​ Según José María Lacarra, «la sentencia no gustó a nadie, y su ejecución no pudo llevarse a cabo en todas sus partes».

En cuanto a lo que afectaba al reino de Navarra pocos días después de darse a conocer la sentencia dos letrados enviados por las Cortes de Navarra se entrevistaron en San Juan de Luz con el rey Luis XI para protestar porque dividía el reino «contra ley y razón» y porque los poderes del rey no le facultaban para ello, «ni podía hacer paz ni guerra, ni aun tregua con ningún príncipe, ni otro hecho grande sin consejo de los Tres Estados y de los sabios varones, conforme a las leyes dél».

Como ha señalado Lacarra, «Luis XI se desentendía del asunto de Estella; el conde de Foix y Juan II estaban interesados en que la sentencia no se cumpliera en esta parte».