Saturnino Rodríguez Peña

Allí estableció relaciones con ciudadanos británicos y posiblemente con Francisco Miranda.

El 05 de ese mes llegaron las noticias a Buenos Aires.

Saturnino Rodríguez Peña tenía contacto habitual con Beresford, a quien llevaba su pensión y correspondencia.

Peña resolvió entonces tomar contacto con Martín de Álzaga mientras el comerciante americano Guillermo Pío White efectuaba sus propias gestiones.

La noche del día 7 se efectuó una nueva reunión, esta vez entre Martín de Álzaga y Peña, pero Álzaga denunció la iniciativa obligando a Peña a huir.

Peña llegó incluso a pensar en el apoyo, no ya de la princesa Carlota, sino directamente del príncipe regente, llegando a pedir en carta a Miranda que este le haga llegar armas para levantar milicias cuando el príncipe regente declarara la guerra.

Esto provocó intrigas del almirante inglés William Sidney Smith, partidario de la princesa, tendientes a arruinarlo.

En carta a Miranda afirmaba que "se ha abusado vilmente de mis confianzas".

También se ha decepcionado del apoyo británico por lo que afirma: "Hemos determinado pues obrar por nosotros mismos, y no someternos...reflexionando nuestros compatriotas sobre sus verdaderos derechos, e intereses se hayan reunido, acordado y resuelto, ... sostener y declarar su independencia absoluta sin la menos relación, ni abatimiento a otra Potencia.

A comienzos de 1809, Liniers solicitó su captura y extradición, pero Peña se refugió en una nave inglesa.

Ese mismo año murió su esposa Gertrudis Amores y varias de sus hijas por la tisis.

Hombre dinámico y poco dado, en su admirable desinterés, a medir la consecuencia de sus actos."