Sancho Figueroa Andrade

Pertenecía a una noble y antigua familia gallega.

[2]​ Ello debido a que habían fallecido tanto su obispo titular, Cristóbal de Castilla y Zamora, como el preconizado Antonio de San Pedro, que no llegó a ocupar la silla episcopal.

[4]​ Su viaje a dicha sede demoró más de lo normal, debido a que las costas estaban infestadas por corsarios y piratas; precisamente, en aquel año de 1687 se produjo el famoso incendio de Guayaquil.

Este tuvo también algunos roces con el obispo por cuestiones relativas a la observancia del ceremonial romano durante sus visitas.

En 1696 enfermó gravemente de pulmonía y fue desahuciado por los médicos; incluso, llegó a recibir la extremaunción.

Desde el pueblo de Guápulo, sus feligreses trajeron una imagen mariana y organizaron una novena a la Virgen del Rosario por la salud del obispo.

El suceso se consideró milagroso, y más aún, cuando el obispo recobró la salud y pudo continuar con su ministerio pastoral por seis años más, hasta su deceso en 1702.

Representación pictórica de una conmemoración de la aparición de la Virgen de la Nube ante la iglesia de San Francisco de Quito.