Anteriormente había participado en la Guerra contra la Convención en la isla donde se señaló como «guerrillero astuto, entendido y valiente».En junio, Godoy, ya había firmado un tratado preliminar que reconocía a la Francia revolucionaria.Agraviado por aquella expresión, no pudo evitar responder al Comandante de Armas: «Yo aseguro a V. que la nacion Española no sufrirá jamás esa infamia; y que si eso es así, la sangre se está derramando hoy en España entre Españoles y Franceses».Esta ira se convirtió en un punto de inflexión en su pensamiento político y en su compromiso con la causa realista fernandina en Santo Domingo.Motivado por esta situación, tomó la decisión de aprovechar las circunstancias y encabezar una conspiración para iniciar una sublevación armada contra el Gobierno francés en Santo Domingo.Aunque esta sublevación significaba legalmente un acto de alta traición al Imperio Francés, el hacendado asumió los riesgos y decidió seguir adelante con los preparativos, confiado en la lealtad tradicional de los dominicanos al rey católico: En las semanas siguientes, Sánchez Ramírez tuvo que combinar su vida diaria con actividades secretas en las que conspiraba en contra de los franceses.Mientras tanto, en España, los franceses no lograron conquistar todo el territorio y se formaron Gobiernos locales llamados Juntas.Fue un desafío complicado, ya que la gente en la capital había sufrido directamente las consecuencias del "abandono español" tras el convenio de Basilea y preferían preservar el statu quo en lugar de luchar por la monarquía española.Luego, el día 17, llegó a Santiago, donde ya se conocía su viaje y sus intenciones.Desde este momento me dediqué a despertar el ánimo de los naturales, dormidos y confiados.Sólo cuando el gobernador, intendente y capitán general de Puerto Rico, Toribio Montes-Caloca y Pérez, le comunicó que estaba dispuesto a prestarle su apoyo material para la campaña, el líder de la reconquista retomó la lucha armada contra los franceses.Desde allí, se organizaron expediciones para apoyar a los patriotas dominicanos en plazas como Azua, Neyba y Las Matas de Farfán, entre otras.Mientras tanto, Toribio Montes promovió un curso de acción militar paralelo y se alió con los ingleses.Las Juntas de España habían restablecido relaciones amistosas con Inglaterra, ya que ambos países se oponían a Francia.Sin embargo, estas medidas intensivas tuvieron un efecto contrario, avivando el odio hacia los franceses y fortaleciendo la causa realista.Ferrand decidió liderar una expedición impulsivamente para enfrentar a los patriotas, debilitando las defensas de la capital sin su liderazgo militar y la guarnición que lo acompañaba.Además, en su respuesta, se llamó a sí mismo "capitán general de Santo Domingo".Les dijo que si ganaban esa batalla, tendría graves consecuencias para el Gobierno francés en la isla, ya que el gobernador estaba al mando de las tropas francesas y podría ser capturado o incluso muerto en la batalla, dejando a la colonia sin líder.De esta manera, los franceses estarían lo bastante cerca como para que la artillería española pudiera atacarlos y romper sus filas.Todas las tropas del Ejército Realista español respondieron con entusiasmo a su discurso, vitoreando al rey Fernando VII.Ferrand, tras su huida, fue perseguido durante cuatro horas por un grupo de cincuenta dragones comandados por el coronel Pedro Santana, quienes hostigaron al enemigo sin descanso.Debido a que Ferrand había desafiado al patear la cucarda española del capitán de un buque parlamentario, Pedro Santana le cortó la cabeza y se llevó al Seybo, junto con el caballo que montaba y sus insignias.[9] La mayoría de los soldados franceses fueron capturados o muertos en los alrededores, y solo unas pocas tropas lograron llegar a la capital.Sánchez Ramírez, lejos de dejarse llevar por la euforia, reorganizó su Ejército y reforzó la vigilancia en los caminos hacia la capital para evitar que los franceses se recuperaran.Finalmente, con el camino hacia la capital despejado, emprendió una campaña generalizada para poner fin al conflicto de una vez por todas.Por otra parte, la Junta dominicana no se colocó bajo la autoridad del gobernador de Puerto Rico.Una vez superadas estas adversidades y con los capitaleños exhaustos tras el largo asedio, el 1 de marzo, las tropas realistas lanzaron un último ataque, lo que llevó a Barquier a proponer una tregua, propuesta que fue rechazada por Sánchez Ramírez.Ante estas circunstancias, Sánchez Ramírez envió un emisario para proponer a Barquier la rendición, pero la respuesta fue que no se pactarían ni recibirían a ningún otro emisario y se cortarían todas las relaciones entre "los súbditos sublevados" y el Gobierno francés.Los jefes militares español e inglés discutieron planes y reconocieron los puestos avanzados a ambos lados del río Ozama.En Santo Domingo, frente a la UASD, pasa una calle, la cual lleva por nombre Juan Sánchez Ramírez.
Ilustración de Dominga Nuñez y
Louverture
en Santo Domingo.