San Esteban estuvo a menudo en controversias legales con los colonos españoles de Saltillo.
[3] Estos solían amenazar con quitarles terrenos, pero lograron defenderse con las prerrogativas del virrey y, en general, las Capitulaciones de 1591.
[2] Los tlaxcaltecas, conociendo las políticas jurídicas y virreinales, fueron capaces de establecer un gobierno indígena experto en derecho indiano en el Imperio español.
[5] Las 400 familias tlaxcaltecas fueron reasentadas en seis lugares diferentes, incluido el conflictivo asentamiento español de Saltillo.
[7] San Esteban sería así "un municipio independiente con privilegios especiales que lo colocaba en un mundo entre españoles e indígenas".
Su número fue disminuyendo y el asentamiento corría peligro de ser extinguido por los ataques chichimecas, por lo que los tlaxcaltecas fueron recibidos con entusiasmo.
[10] Aunque la guerra chichimeca casi había terminado, otras tribus nómadas, como los tobosos, en el norte de México continuaron siendo hostiles a los españoles.
[2] En 1831, el Congreso emitió un decreto ordenando la desaparición de Villalongín para fusionarlo con Leona Vicario, formando una única ciudad, Saltillo.
En los años posteriores continuó la lucha por su autonomía, llegando San Esteban incluso a formar parte del estado de Nuevo León.
En los años siguientes, muchos edificios de San Esteban fueron ocupados y destruidos, principalmente durante la Revolución mexicana.
Los nombres de los primeros cuatro barrios corresponden a varios topónimos de Tizatlán: Santa María Concepción Atlihuetzian, San Esteban Tizatlan, Santa Ana Chiauhtempan y San Buenaventura Atempan.
[12] En los documentos municipales también se mencionan sitios sin identificar, como el Callejón de las Siete Vueltas, el Camino Blanco, Oztoyxpan, Quauhxiuhtlahtzinco, Chiauhtlatepetl, Chiauhxumulco y Atempan.
Además, el ayuntamiento se reunía directamente con representantes de la corona española, portando este cargo el capitán protector y justicia mayor, nombrado por el virrey.
Los alcaldes ordinarios eran magistrados que le seguían en la jerarquía al gobernador y se encargaban de los asuntos judiciales, tanto civiles como criminales.
[24] El comercio saltillense comenzó al venderse trigo en harina y maíz a Zacatecas.
De hecho, tanto colonos neotlaxcaltecas como saltillenses iniciaron su economía mercantil con los regiomontanos exitosamente.
Esto también derivó al enriquecimiento individual y a la creación de un capital inicial con el que multiplicaron sus recursos, con personas contratadas para trabajar en los molinos o cultivando tierras, aunque no con buen salario.
[11] San Esteban envió colonos al asentamiento cercano de Parras en 1598 y en los siglos XVII y XVIII envió colonos a una docena de otros asentamientos amenazados por indígenas hostiles.
Con el comercio, desde 1659 llegaron mercaderes que traían esclavos negros de Angola y Mozambique.
Como baile de tradición prehispánica tiene un carácter guerrero, visible en sus formaciones lineales y en las armas utilizadas.
La música que acompaña estas danzas suele ser de sonajas, zapateado, tambores, violín y, en algunos casos, acordeón.
Se conoce un corto poema náhuatl en la variante neotlaxcalteca registrado en el siglo XX por la revista Tlalocan, dado por Don Cesáreo Reyes, un nahuatlato nativo de Saltillo.