Ruy III Gómez de Silva Mendoza y de la Cerda

Tuvo por padrinos al presbítero Pedro Cavaller y Sor Dominga Torres, religiosa beata dominica.Durante el viaje su padre enfermó teniendo que permanecer más de seis meses en Pavía.Sería en este año cuando acompañó con otros grandes al nuevo monarca Felipe III en su primera entrada pública en Madrid.Participó en las cortes de 1608 que juraron como príncipe heredero al futuro Felipe IV.Con este cometido pasó a Francia con un numeroso séquito en que se encontraban sus hermanos Francisco y Diego o su tío Ruy Gómez de Silva.Ruy escribiría estas experiencias en unas relaciones que se imprimieron en Madrid en ese año de 1623.[2]​ Este episodio dio lugar a unos versos de Quevedo en una silva que comienza por los versos:[2]​[3]​Esclarecidas señas dá Fortuna, De vuestro valimiento con su rueda, O Príncipe glorioso, pues os postra la luna, Que a vuestros pies desvanecida queda, Vencido el Afro Endimion celosoEntró en Roma en mayo de 1623.En ese mismo momento fue nombrado consejero del Consejo de Estado por Felipe IV.