Sus hojas, de fuerte aroma, se utilizan con propósitos culinarios y medicinales.
Por alcance de nombre común, principalmente en América Latina, suele ser confundida con las especies del género Plectranthus, conocidas como Falso Boldo; lo que ha llevado a confusiones sobre los usos, y las propiedades y toxicidad que presentan estas especies.
El boldo es dioico, es decir, las flores son unisexuadas y cada espécimen las presenta de sólo un sexo; es necesaria la proximidad de ejemplares masculinos y femeninos para que la polinización —llevada a cabo habitualmente por insectos— se produzca.
Esta especie es un componente muy importante en el bosque esclerófilo, especialmente en la zona costera, donde se asocia principalmente a otros árboles, tales como el peumo y litre.
Estas mismas propiedades hacían que se lo recomendara a comienzos del siglo XX como antihelmíntico.
En Argentina, Paraguay[3], Perú y Chile, las hojas del árbol de boldo se toma como té de hierbas, o se mezcla con yerba mate u otros tés para moderar su sabor.
Del árbol de boldo se utilizan: las hojas frescas o secas (en infusión) y los frutos.
En un programa de radio, Irene Litvan, una neuróloga uruguaya, citó estudios realizados en Alemania y Francia donde se habría demostrado su toxicidad.
[cita requerida] Sin embargo se contra argumenta que la mayoría de las investigaciones realizadas sobre la hoja del Boldo se han llevado a cabo utilizando solo alcaloide boldina.
Respecto al aceite extraído del boldo, se recomienda que no debe ser utilizado internamente o externamente.
[12] Peumus boldus fue descrita por Juan Ignacio Molina y publicado en Saggio sulla Storia Naturale cel Chili... 185, 350, en el año 1782.