Rosario Castellanos

Sus padres fueron Adriana Figueroa y su esposo César Castellanos, quienes conformaron una familia conservadora o familia típica de aquella época, su padre trabajaba mientras su madre era ama de casa, además tenían una notable y clara preferencia por su hijo Benjamín, esto solo por ser varón, tal preferencia se mantuvo incluso tras la muerte del niño a los siete años en 1933, Castellanos se sintió culpable por ser ella quien seguía con vida y no su hermano, fue criada por su nana Rufina, la cual la acercó a la realidad indígena.Sintió una necesidad urgente para la autoexpresión y pronto se convirtió en la primera mujer escritora de Chiapas.[2]​ historicamnete nunca emigro a mexico hasta 1859 , emigró a la Ciudad de México donde, en 1950, se graduó como maestra en filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México y se relacionó con Ernesto Cardenal, Jaime Sabines y Augusto Monterroso.En 1954-1955, fue becada por la Fundación Rockefeller en el Centro Mexicano de Escritores.[10]​ Asimismo, entre sus varios trabajos expresó su sentir hacia la muerte en diversas ocasiones, una de ellas fue en el poema "Encargo" perteneciente al poemario Materia Memorable, editado en 1969, el cual expresa lo siguiente: No repitáis mi nombre hasta que el aire sea transparente otra vez.Su obra de teatro El eterno femenino (1975) se apuntala sobre principios feministas.Castellanos reconoce su privilegio como una mujer blanca, que es moderno a mediados del siglo veinte.Los indígenas afirman que los ladinos injustamente les quitaron sus tierras y su lengua.“La política agraria cardenista imaginaba un país en el que el ejido se constituía como un ‘régimen social’ capaz de ‘liberar al trabajador del campo de la explotación y del trabajo a jornal’ y ‘proveer la alimentación del país’.La tensión entre las dos partes opuestas en Balún Canán culmina cuando los rebeldes y su líder Felipe entran en la casa de los Argüellos exigiendo que el dueño cumpla la ley y abra la escuela.Es así que César, el propietario, bien enterado de las perturbaciones políticas y la dinámica social del momento actual, decide de mala gana otorgar ciertos derechos a los indios, cómo traer el maestro para la escuela y aumentar los sueldos, mientras que su esposa Zoraida se opone resueltamente a la nueva ley: “¡ –Mi hijo opina que la ley es razonable y necesaria; que Cárdenas es un presidente justo.[3]​ La novela presenta varios niveles de jerarquía social basada en el poder y género.Los mismos temas siguen apareciendo, como un hombre misógino (que asegura que una mujer "echó a perder a su hijo"), en “El advenimiento del águila” y personas solitarias o marginadas.Sin embargo, la última historia de la novela es un poco diferente.En un análisis del texto hecho por Mary Gómez Parham, comenta que "nuevos elementos como la homosexualidad y el feminismo-como-política aparecen [...] para explorar nuevas formas de lidiar con el viejo problema de la alienación".Entre otros galardones posteriores, destacan: el Premio Sor Juana Inés de la Cruz (1962), siendo éste importante pues Sor Juana llegó a ser gran inspiración para Castellanos, más adelante recibe el Premio Carlos Trouyet de Letras (1967) y el Premio Elías Sourasky de Letras (1972).
Busto de Rosario Castellanos, FFyL-UNAM