Ricardo I de Capua

[2]​ Cuando llegó por primera vez a Aversa, según Amatus de Montecassino, fue bien recibido por el pueblo, que le seguían como si fuera un conde.

[3]​ Era descrito como un hombre sorprendentemente guapo, de modales abiertos y montando un caballo tan pequeño que sus pies casi tocaban el suelo.

Con la ayuda de Sarule, Ricardo se hizo tan poderoso que Trincanocte, en un esfuerzo por apaciguarle, le entregó las tierras anteriormente ocupadas por hermano Asclettin.

Sin embargo, Herman desaparece rápidamente de los registros y Ricardo aparece como conde.

Participó, en 1053, en la batalla de Civitate, donde mandó el ala derecha contra el ejército papal formado por lombardos.

Los ciudadanos rápidamente entregaron al Papa León IX a los normandos, que le trataron con el máximo respeto, y le escoltaron a Benevento, donde permaneció recluido hasta poco antes de su muerte en el año 1054.

A pesar de que Roberto desbarató rápidamente cualquier amenaza, enfermó y no pudo atacar a Ricardo, que pronto fue confirmado en sus posesiones y se alió con el nuevo papa, Gregorio VII, Hildebrando.

Se encontraron a medio camino y organizaron una reunión en Monte Cassino, un año más tarde.

Su hijo mayor, el mencionado Jordan, que había invadido los territorios eclesiásticos en los Abruzos, viajó a Roma para renovar su fidelidad al papado y ser confirmado en los títulos y posesiones de su padre.