También, un gran número de árboles y piedras que había cerca del río ayudaron a aumentar la catástrofe.
Hoy en día, el lecho ha vuelto a poblarse despertando la preocupación de los vecinos.
La riada asoló las fábricas situadas en la parte alta, derribó varias casas y arrastró los automóviles hasta la Rambleta.
También en los barrios de la Plana del Pintor o Campoamor la lluvia afectó muchas casas sencillas.
[9] Las inundaciones en Cerdanyola del Vallés no fueron tan pronunciadas ya que el río Sec y el río Mayor, los dos ríos que fluyen por la localidad, no recibieron la misma cantidad que la riera de las Arenas o el río Ripoll, así, pese a las numerosas pérdidas materiales no se contabilizaron víctimas mortales.
Ripollet, aún no recuperado, un mes y medio más tarde, el 4 de noviembre volvió a sufrir otra riada y hasta una tercera, el 7 de noviembre del mismo año, causando más perdidas materiales.
[11] En el término municipal de Mollet del Vallès la tormenta, que dejó 163 litros por metro cuadrado, duró entre una hora y media y tres horas, llegando en algún momento de máxima intensidad a los seis litros por minuto.
Pese a provocar muchos daños materiales y personales no causó víctimas mortales.
Perecieron 30 personas y los costes ascendieron aproximadamente a unos 200 millones de pesetas.
[14] Toda la zona del Vallés fue declarada nacional e internacionalmnente zona catastrófica, con la consiguiente ayuda de todo tipo de organizaciones públicas y privadas como la Cruz Roja, el ejército español, la Guardia Civil (desplegó a su Tercio Móvil), administraciones, asociaciones, gremios y población civil voluntaria mediante apoyo material o con la apertura de cuentas corrientes para la ayuda hacia la población catalana afectada.