Riada de 1907

El súbito aumento del caudal provocó el desbordamiento del río que inundó rápidamente los barrios de El Perchel y La Trinidad y muchas otras zonas bajas de la ciudad.

Durante la catástrofe perdieron la vida ahogadas veintiuna personas, y otras muchas resultaron heridas.

Las aguas alcanzaron hasta cinco metros de altura y, según testigos, era tal la cantidad de barro y residuos, que era posible acceder a algunas casas por los balcones.

Los daños materiales se evaluaron en torno a los cinco millones y medio de pesetas de la época, necesitándose hasta dos meses para limpiar completamente las calles.

Su ejecución comenzará en 1929 con la llegada a la ciudad del también ingeniero de montes José Martínez Falero.