Los primeros gobernantes búlgaros posiblemente utilizaron el título kan, después kniaz por un breve período, y posteriormente zar.
El título de zar, la forma eslava del latín César, fue primero adoptado y usado en Bulgaria por Simeón I después de una victoria decisiva sobre el Imperio bizantino en 913.
También fue utilizado por todos sus sucesores hasta la caída de Bulgaria bajo el dominio otomano en 1396.
Sin embargo, cuando la verdadera independencia se proclamó con su sucesor Fernando en 1908, el título fue elevado a zar una vez más.
En las pocas cartas reales medievales búlgaras, los monarcas se nombraban a sí mismos como «En Cristo Señor Fiel Zar y Autócrata de todos los Búlgaros» o variaciones similares, a veces incluyendo «... y Romanos, Griegos, o Valacos».