Sergi Jiménez Viader define así el concepto gramsciano de «revolución pasiva»:[2]
En su obra Saggio Storico sulla Rivoluzione Napoletana del 1799 ("Ensayo histórico sobre la revolución napolitana de 1799"), publicada en Milán en 1801, Cuoco afirmó que había sido una «rivoluzione passiva» al no haber participado directamente en ella el «pueblo», al contrario de lo que sucede en las «revoluciones activas».
[4] El término «revolución pasiva» aparece en los Cuadernos de la cárcel escritos entre 1929 y 1935 por Antonio Gramsci, comunista encarcelado por oponerse al fascismo.
[8] Gramsci utiliza el término «revolución pasiva» en varios contextos con significados ligeramente diferentes.
Sin embargo, acabó ocurriendo una revolución pasiva por la cual, tras una guerra nacional, los vencedores comenzaron un proceso de reformas tendente a la modernización del Estado».
«Con todos sus límites, sin embargo, la revolución pasiva que se inició en 1959 tuvo un profundo sentido y con el tiempo transformaría la naturaleza del franquismo y todo el significado de su época histórica» (pág.