Edgar, que era un niño en ese entonces, se encontraba frecuentemente solo, pero su madre (Eugénie Rozat Lagis, quien era una persona educada con fuertes, aunque originales creencias religiosas) ejerció una gran influencia sobre él.
Su padre deseaba que dejara la escuela y se uniera al ejército, para después comenzar una carrera en los negocios.
Sin embargo, Quinet tenía la determinación en dedicarse a la literatura, y después de un tiempo se salió con la suya.
Dos años después obtuvo la transferencia al Colegio de Francia, y publicó Génie des religions (1842).
En 1846, el gobierno puso fin a estas disertaciones, medida que fue aprobada por la mayoría de sus colegas parisinos.