Sólo en los últimos tiempos de la República algunos homines novi ("hombres nuevos", poderosos y enriquecidos) consiguieron, no sin escándalo, tal derecho (ius imaginum).
Tal honor era proporcionado por decisión del Senado, normalmente para conmemorar victorias, triunfos y logros políticos.
La imposición del principado de Augusto (23 a. C.) utilizó el retrato como un eficaz medio para identificar al Princeps con el Estado.
Aunque formalmente no había una monarquía ni una sucesión dinástica, el régimen imperial se les asemejaba mucho, a lo que contribuyó la difusión de los retratos del emperador y la familia imperial, multiplicados por todo el Imperio.
Las vestiduras distinguen el uso de toga (togatus) o coraza militar (thoracatae).