Retablo mayor de la catedral de Astorga

Está realizado enteramente en madera policromada siguiendo las trazas arquitectónicas del escultor Gaspar Becerra.

[1]​ El retablo está dividido en tres cuerpos o pisos y cinco calles, más cuatro entrecalles.

[3]​ En España reinaba Felipe II, gran impulsor y entusiasta del renacimiento clasicista.

La Iglesia Católica impuso con la Contrarreforma una serie de dogmas y mandatos que se fueron reflejando en el arte religioso del Renacimiento hasta culminar en el Barroco.

Los obispos y comitentes de las catedrales dictaron como consecuencia las normas sobre los temas a seguir por los artistas del momento.

Ambos talleres hacían trabajos de calidad al modo tradicional que todavía subsistía, dentro del renacimiento plateresco español.

Becerra aceptó el encargo y, según costumbre, presentó de antemano una escultura para que el Cabildo juzgase si seguir lo tratado o no.

La escultura presentada fue el grupo de la Asunción que puede verse en el retablo, en lugar preferente como imagen titular del templo.

El retablo está dividido en tres cuerpos o pisos y cinco calles, más cuatro entrecalles, apoyándose todo en una predela.

En el centro del banco o predela está situado el sagrario, que merece una mención aparte.

La parte central del primer cuerpo y los cuatro altorrelieves verticales que lo componen están limitados por dobles columnas de orden corintio cuyo fuste está muy labrado con motivos vegetales (rameado) y humanos, concesión que hizo Becerra a petición del Cabildo, pues algunos miembros opinaban que no debía romperse bruscamente con la tradición.

Los cuatro altorrelieves están rematados por frontones alternando curvos con triangulares y sobre ellos se recuestan los ignudi citados.

El primer cuerpo está separado del segundo por un friso esculpido y decorado también con ignudi.

Sobre este friso hay una pequeña cornisa y basamento que soportan el segundo cuerpo.

Es en este tercer cuerpo donde Becerra expresó plenamente el manierismo romano sin hacer ningún tipo de concesión al pasado cercano.

El sagrario cobró gran protagonismo en los retablos, a partir del Concilio de Trento.

El tiempo establecido para la entrega del trabajo fue de tres años, condición que se cumplió rigurosamente.

Hacia Galicia viajó con la figura de Gregorio Español durante los primeros años del siglo XVII.

Vista general del retablo mayor.
Grupo escultórico de la Asunción.
Grupo escultórico de la Coronación.
Ático con el Calvario (al fondo se ven las pinturas) y las demás imágenes descritas.
Sagrario con la arqueta y el templete.