Este periodo histórico es separado del Sudán postcolonial al ser iniciado con un golpe de Estado que acabaría con la frágil democracia del recién nacido país, pero no sin resolver conflictos latentes que culminarán en la segunda guerra civil sudanesa.
Por otra parte, Nimeiri ordenó el arresto de 63 políticos civiles y oficiales superiores retirados por la fuerza del Ejército sudanés.
Sus líderes, unidos detrás de él, y casi todos los políticos exiliados del sur apoyaron al SSLM.
Nimeiri autorizó a los exiliados retornados que habían estado asociados con el antiguo Partido Ummah, el Partido Unionista Democrático, y los Hermanos Musulmanes presentarse a las elecciones como candidatos independientes.
Los manifestantes se oponían a los costos de los alimentos, la gasolina y el transporte.
Un golpe militar incruento dirigido por su ministro de Defensa, el general Abdel Rahman Swar al-Dahab, lo expulsó del poder.
En las elecciones posteriores, el líder islamista Sadiq al-Mahdi (que ya había intentado un golpe de Estado contra Nimeiry en 1976) fue nombrado primer ministro.
En 1983, la guerra civil en el sur se reavivó tras la política de islamización del gobierno, que había instituido la ley islámica o Sharia, entre otras cosas.