La República Conservadora, también llamada República Autoritaria, fue un período de la historia de Chile que se extendió entre 1831 y 1861, caracterizado por la hegemonía del Partido Conservador, cuyos partidarios fueron llamados «pelucones».
Ovalle, un joven senador, era un hombre sencillo a pesar de su opulencia y no manifestaba ansias de poder, pero debido a su popularidad, todos sus intentos fueron aguados por el Congreso y asumió la presidencia más como un deber.
Con la guerra civil ganada, los liberales, en su mayoría fueron exiliados y no pudieron retornar al país en muchos años, el ejército fue limpiado de los insurrectos, despidiendo a la mayoría de los comandantes furieristas y sellándose la guerra pacíficamente con el Tratado de Cuz-Cuz que evitó una nueva batalla pero no fue reconocido por la presidencia.
El país sería cambiado irreversiblemente con estas medidas y disposiciones, además se daría un pequeño inicio a la fomentada educación del conservadurismo, llamando a Claudio Gay para la elaboración de estudios e investigaciones sobre Flora y Fauna de Chile.
Prieto con la promesa del orden fue reelegido en 1836 para un nuevo periodo presidencial, el cual se vería empañado casi en su totalidad por tragedias y conflictos bélicos.
La guerra, cuestionada y criticada por emergentes sectores de la sociedad fue ganada por Chile en casi todos sus combates, destacándose personajes típicos del Chile rural de la época y el sobrino del presidente, el también general Manuel Bulnes, la brillante actuación de este gatillo su triunfo en las elecciones posteriores.
La preocupación de Bulnes se centró en cuatro pilares fundamentales: Colonización, Pacificación, Educación e Internacionalización, siguiendo una línea moderada, Bulnes elaboró en su gobierno la primera ley de colonización, destinada principalmente a la toma del Estrecho de Magallanes, por sus codiciadas guaneras y puntos estratégicos militar y comercialmente y también para apaciguar los ánimos en la llamada Araucanía.
El panorama en la Araucanía fue muy distinto, las etnias ubicadas en la zona no se frenaron nunca y destruyeron cualquier incursión del estado, sin embargo en la zona de Llanquihue quedó acordada una ley de colonización con Alemania, que no sería concretada hasta el gobierno de Montt.
El país sumido en la total calma hizo que los exiliados de la guerra retornaran a Chile, viviendo desde ese momento el país una real democracia, incluso Bulnes era yerno del expresidente y líder liberal Francisco Antonio Pinto.
La paz en el país sirvió para que Chile incrementara su acción exterior y fuera reconocido como estado soberano y autónomo oficialmente por el ya desgastado Imperio español, que se recuperaba de las llamadas Guerras Carlistas.