Política exterior de Estados Unidos
Durante la Revolución estadounidense, los Estados Unidos establecieron relaciones con varias potencias europeas: Francia, principalmente, España y los Países Bajos por intervenir en la guerra contra Gran Bretaña, un enemigo mutuo.En general, los Estados Unidos permanecieron a distancia de las discusiones europeas, enfocándose en la extensión territorial en Norteamérica.Una variedad de razones se han proporcionado para justificar las aparentes contradicciones entre el apoyo a los dictadores y los ideales democráticos expresados en la constitución estadounidense.[8] En los últimos años, muchos analistas y comentaristas políticos han expresado su apoyo por este tipo de política, considerando la mayoría que en este contexto sería amargamente preferible apoyar a dichos gobiernos autoritarios frente a la amenaza del terrorismo islámico y que el enemistarse con los mismos debilitaría a la comunidad internacional ante la amenaza de organizaciones terroristas como Al Qaeda o Estado Islámico.En un discurso pronunciado en 2015, dijo: "China quiere escribir las reglas para la región de mayor crecimiento del mundo.La administración Trump continúa esta tendencia y a partir de 2018 desencadena una "guerra comercial" contra China.Según el periodista económico Jean-Michel Quatrepoint, las sanciones son considerablemente más severas para las empresas europeas que para las estadounidenses y en algunos casos tienen como objetivo, en particular debido a los poderosos esfuerzos de los grupos de presión desplegados por las empresas estadounidenses, eliminar la competencia europea.