Recinto amurallado de Rada

En la Edad Media existía una villa y un castillo, que fueron destruidos por los agramonteses durante la Guerra Civil de Navarra en 1455.

Dicho desvío nos lleva hasta lo alto del cerro del despoblado, a los pies de cuyas puertas se puede aparcar (no se puede acceder con vehículos no autorizados).

Las visitas están condicionadas al horario de apertura, variable según la temporada del año.

Geográficamente está a medio camino entre Ujué, Carcastillo, Tafalla, Caparroso, Olite, Marcilla, dominando y visualizando desde su otero toda la comarca, lo que podía permitir una fácil comunicación en caso de ataque.

En 1297, la villa y el castillo fueron agregados a la corona que, en 1306, ordenó la reparación del muro inferior de la fortaleza, que amenazaba ruina, el palacio y algunas casas del recinto.

Durante la guerra civil navarra, la villa y el castillo fueron ocupados por los beaumonteses.

En 1455, mosén Martín de Peralta, caudillo agramontés, los sitió con numerosas huestes, ocupándolos al poco tiempo en nombre del rey.

El asentamiento defensivo inicial acabó por acoger población estable, que en el siglo XV llegó a contar con más de 38 fuegos (21 de ellos hidalgos) y que edificó las viviendas cuyas ruinas han aflorado junto con un aljibe de rica factura, gracias a las diferentes campañas arqueológicas.

La ermita actual no sigue los prototipos de templo románico del momento, ya que el pequeño templo original es de nave única rematada por un ábside cilíndrico: fue modificado y ampliado con otra nave más pequeña, rematada en cabecera recta, en la que se incluye la espadaña actual en la que hay impreso uno de los dos crismones que presenta (el segundo lo encontramos sobre la puerta lateral), y a la izquierda de la ermita debía existir un tejaroz corrido que ha desaparecido, posiblemente de madera.