La evidencia científica más temprana de que tales reacciones pueden oscilar fue recibida con extremo escepticismo.
En 1899, W. Ostwald observó que la velocidad de disolución del cromo en ácido aumentaba y disminuía periódicamente.
Para un sistema termodinámico que no está en equilibrio, esta ley requiere que el sistema se acerque al equilibrio y no se aleje de él.
[2] Los modelos teóricos de reacciones oscilantes han sido estudiados por químicos, físicos y matemáticos.
Una de estas vías produce un intermediario específico, mientras que otra vía, lo consume.
Cuando la concentración del intermedio es alta, la reacción cambia a la vía de consumo.