Ranfañote
[1][2][3] También se suele utilizar las crocantes galletas denominadas revolución caliente en reemplazo del pan duro.[4] Tradicionalmente, se presume que el origen del ranfañote está vinculado al comercio de esclavos africanos, a partir de sobras de queso fresco, pan tostado, coco, cáscaras de naranja y nueces, a lo que se agregaba miel de caña.[3] La creación más certera de aquel postre habría sido por la influencia de panaderos mestizos durante el virreinato que, para aprovechar los panes endurecidos,[5] elaboraron este dulce convirtiéndolo en un alimento atrayente.En 1853 Ramón Rojas y Cañas publicó su libro satírico Museo de limeñadas donde una sección en que agrupa una serie de relatos cortos sobre las costumbres limeñas la tituló «Ranfañote».[3][6] El tradicionalista peruano Ricardo Palma describiendo los pregones en sus Tradiciones Peruanas (1883) menciona que: Hoy en día sólo se comercializa en ferias tradicionales y artesanales.