Ramón Ibarra y González

Realizó su formación primaria, en Izúcar de Matamoros y Puebla; fallecido su padre es llevado por su madre a Acatlán de Osorio donde aprende los rudimentos del latín con el padre José María Cáceres.

En 1876 culminaron sus estudios de jurisprudencia y es enviado a Roma en 1877.

Por lo que el Papa León XIII quiso conocer a tan talentoso estudiante.

Lo felicita y lo premia con una medalla especial por sus logros académicos.

En 1886 fue comisionado por el obispo Mora y Daza para fundar la academia Teojurista que fue el renacimiento del Pontificio Seminario Palafoxiano Angelopolitano luego de su desalojo del Hospitalito, despojado por las Leyes de Reforma en 1886, para lo cual adquirió junto con el canónigo Prisciliano José de Córdova el edificio del ex convento de Betlemitas anexo al templo de Belén que funcionó hasta la Revolución Carrancista.

Ramón Ibarra dedicó gran parte de su tiempo y energías.

Monseñor Ibarra, fue el primer Misionero del Espíritu Santo en morir dentro de la naciente Congregación.

Siendo obispo de Chilapa, estableció una academia nocturna para adultos.

Adquirió de Estados Unidos los aparatos necesarios para construir el primer observatorio meteorológico y sismológico en todo el Estado de Guerrero.

En Puebla, estableció planteles de educación en los anexos del Santuario de Guadalupe y del Calvario, atendidos por los Misioneros Guadalupanos, fundados por él mismo.

Mejoró la escuela normal católica de profesores en Puebla, fundada por el obispo Perfecto Amézquita y Gutiérrez, Facilitó un local para el Colegio Pío de Ates y Oficios.

Progresista y amante de las ciencias, estableció un magnífico observatorio astronómico, dotándolo de todos los instrumentos y aparatos necesarios.

Había en aquella época principios de los que hoy llamamos Acción Católica Mexicana e instituciones sociales que hacia positivo bien, Asimismo fundó en Puebla los círculos católicos de obreros, que llegaron a ser nueve y produjeron bienes positivos en las clases trabajadoras de principios del siglo XX.

Favoreció las escuelas de ambos sexos para niños pobres, que sostenían la sociedad católica.

Esta última declaración abre el camino hacia una futura beatificación y posterior canonización.

Desde 1970, existe un Museo de las reliquias del Venerable Monseñor Ramón Ibarra y González, que se ubica en la Avenida 5 Poniente No.

Sentado vemos a Ramón Ibarra y González como Vicario Capitular de Puebla con los niños Tritschler y Córdova durante la histórica primera peregrinación mexicana a Roma. A su derecha, Guillermo llegaría a ser arzobispo de Monterrey y Martín atrás de él, arzobispo de Yucatán, en los extremos Alfonso Tritschler y Luis de la Maza quien sería canónigo de la Catedral Metropolitana.
La Capilla de la Virgen de Guadalupe de la Catedral de Puebla guarda los restos de su primer arzobispo Ramón Ibarra y González.