Esos pequeños valles abundan en bosques, prados, tierras de cultivo (muchas menos que antaño) y allí encontramos las principales huellas del asentamiento humano, bien en las aldeas o en caseríos dispersos por el quebrado terreno.
Los pueblos (lugares, caserías) se asientan en la orilla del río o a media ladera de los valles.
Precisamente por esa garganta se trazó la carretera en la década de 1860, gracias a los desvelos del ingeniero belga Gabriel Heim.
Esta pista en principio iba a ser una carretera estatal cuya inmediata conclusión ya demandaba Canella en el lejano año 1902.
Por el contrario, algunos jubilados retornan a sus pueblos de nacimiento para vivir permanentemente en ellos.
La agricultura está representada en los pequeños huertos para el servicio de las familias.
Hace tres lustros que se inició en la zona el turismo rural, con varios establecimientos hoteleros.
Últimamente se abrieron casas de turismo rural en Cortes, Ricabo, San Salvador, Bermiego...
También hay un albergue en las antiguas escuelas de Arrojo para quien busque un alojamiento relativamente económico.
El concejo está dividido en 13 parroquias que se detallan a continuación.
Existen testimonios muy antiguos del poblamiento en la zona (túmulos y dólmenes del Neolítico en La Cobertoria, minas de cobre en el Aramo), así como de la época romana y altomedieval (con numerosos castros diseminados por el territorio, la mayoría sin estudiar aún).
En tierras limítrofes aparecen también restos de cultos gentiles (Bendueños, en Lena, referido al dios celta Vindonius).
Pocos años después, como recuerda Canella, los vecinos acuerdan comprar su libertad pagando a la Hacienda regia la no despreciable suma de 12 000 maravedíes por cada uno de los 394 y ½ (sic) vecinos que tenía Quirós.
En esa fecha la sede del Ayuntamiento era un castillo o torre, de la que no deben quedar restos materiales, aunque quizás entre los vecinos perviva algún recuerdo o tradición oral acerca del mismo.
Las Guerras Carlistas también dejaron huella en el concejo, aunque hoy ya no se recuerda.
Este primer alto horno fue un proyecto impulsado por los ingenieros franceses Gabriel Heim y Remigio Thiebaut.
Al hilo de este desarrollo industrial se proyectó un ferrocarril para unir León y Asturias por el Puerto Ventana y Quirós, llegando hasta San Esteban de Pravia, pero la idea fracasó en beneficio del trazado por Pajares.
La Guerra Civil no trajo decisivas batallas a estos valles, pero sí calamidades varias en forma de muertes en los frentes y la retaguardia, persecuciones por motivos políticos, hambre, miedo y miseria.
En 1958 Vicente José González García señalaba las siguientes empresas activas en Quirós: Todas ellas desaparecieron en menos de treinta años, aunque alguna mina sobrevivió hasta los años ochenta integrada en la compañía estatal HUNOSA.
En su interior destaca un retablo del siglo XVIII organizado en tres hornacinas y ático.
En su interior se nos presenta un retablo mayor de estilo barroco del siglo XVIII.
Tiene dos pisos adaptados al desnivel del terreno y disposición irregular de los vanos.
Por último hay que mencionar la casa en Cortés del único Santo asturiano, San Melchor de Quirós.