Puente de Piedra (Logroño)

También se denomina puente de San Juan de Ortega, en referencia a la capilla que existía en su margen izquierda (en honor del santo al que tradicionalmente se atribuye la construcción del puente original).

Sobre el puente, dice Fernando Albia, hay tres torres que había proporcionado la defensa del reino, y es por ello que forman parte del blasón de la ciudad.

El segundo ─situado entre el séptimo y octavo ojo─ permitía establecer una defensa de hasta 40 hombres desde tres ventanas o desde el adarve aspillerado superior.

En 1775 una gran riada que duró entre el 18 y el 21 de junio cubrió todo el puente, provocando el derrumbamiento del primer torreón.

Según planos del ingeniero, los 12 arcos del puente previo eran ojivales aguas arriba y de medio punto aguas abajo, sugiriendo que había sido ampliado sucesivas veces.

Los restos del puente antiguo fuero completamente derribados, con la excepción de las pilas cuarta y sexta, que, aún hoy pueden todavía verse en fechas de estío.

Las cimentaciones del antiguo puente sirvieron para apoyar las cimbras de la nueva construcción.

Para el año 1889 ya se habían invertido 35 972 pesetas en obras adicionales, a las que se añadirían más de 32 000 pesetas de presupuesto en septiembre del mismo año destinadas a su reparación.

El objectivo de dichas obras fue mejorar su seguridad y sus accesos peatonales.

[1]​ También se instaló una nueva iluminación, que permite "pintar" en ocasiones especiales sus arcos de distintos colores.

El puente, tal y como aparecía en el Memorial... de Albia de Castro (1633).
Vista de Logroño y su puente en 1845.
Catástrofe de 1880
Proyecto del nuevo puente, en el que todavía podían verse los restos de los pilares del puente anterior.
Vista desde la orilla izquierda del Río Ebro.