Proyecto Cruce Marítimo del Sur

El elevado costo y las dificultades que plantea a la navegación el hostil clima regional ha impedido hacer realidad la que históricamente ha sido la más deseada meta a alcanzar por los habitantes argentinos del archipiélago de Tierra del Fuego: cruzar al continente sin los inconvenientes que depara atravesar territorio chileno, hoy único modo de poder hacerlo.

[1]​ Estos inconvenientes obligan a los fueguinos que viajan al continente a erogar mayores costos de combustible por el alargamiento del trayecto y a demoras al tener que efectuar trámites aduaneros en cuatro pasos fronterizos -dos al tener que salir del suelo argentino y otros dos al volver a entrar- (pasando a ser 8 si se suman los del regreso), lo que también encarece los insumos y productos que por vía terrestre salen o entran a la isla, complicando la logística, afectando la competitividad de la industria fueguina[2]​[3]​ y haciendo que el costo de vida de los isleños sea tradicionalmente el más elevado del país.

Para realizar el cruce necesita la adquisición de dos ferris o buques porta rodantes.

También se descartó la opción de construir un puente, concluyéndose que la solución más efectiva son los buques “roll on-roll off”.

[15]​ Durante la gobernación de Carlos Manfredotti volvió a intentarse concretar la obra, ya con el sistema “roll on-roll off”, con cabeceras en punta Dungeness y un punto a determinar en el norte de la isla Grande, estando el emprendimiento enmarcado bajo la Ley “Pepe” (por el apellido del diputado Lorenzo Pepe).

En el año 1996 se constituyó una comisión nacional para evaluarla, pero volvió a quedar en la nada.

Una vez que pueda lograrse, algunos sectores del tramo fueguino que hoy conforma la Ruta Nacional 3 pasarían a formar parte de la Ruta Nacional 40, la cual de este modo llegaría hasta Ushuaia.

[2]​ La variante llamada “cruce corto” es la más costosa (200 a 300 millones de dólares), pues demanda erigir un nuevo puerto en el lado continental, en la costa oriental y argentina de la punta Dungeness (a unos 9 km al sur del acantilado del cabo Vírgenes), y otro en la ribera insular, en la costa al sur del cabo Espíritu Santo (cañadón Alfa/Beta).

(Federación Popular del Transporte) en cambio, la cabecera continental debe situarse en cabo Vírgenes.

[21]​ En la trayectoria intermedia se parte desde la cabecera continental ubicada en el puerto de Punta Loyola, a pocos kilómetros de Río Gallegos y se llega hasta el cañadón Alfa/Beta, al sur del cabo Espíritu Santo (al igual que en el cruce corto).

[2]​ La variante llamada “cruce largo” presenta como ventaja principal el más breve plazo de ejecución y un menor costo total, ya que utilizaría infraestructura portuaria y de accesos viales en su mayor parte ya construida en ambas cabeceras.

En esta área donde el Estrecho de Magallanes abre su boca hacia el Atlántico debería erigirse esta obra de infraestructura.
Punta Dungeness ; una de las cabeceras continentales postuladas.
Muelle Presidente Illia, en el puerto de punta Loyola ; una de las cabeceras continentales postuladas.
Delante del cabo Domingo se observa el muelle del Puerto Caleta La Misión ; una de las cabeceras insulares postuladas.
Un buque “roll on-roll off” (o Ro-Ro ) del tipo apto para cubrir el servicio de este cruce, dependiendo de la trayectoria que se escoja.