Aunque un balón arrojado es también un proyectil técnicamente, el término se refiere generalmente a un arma.
Pistolas, fusiles y demás utilizan la fuerza expansiva de los gases liberados por ciertas reacciones químicas.
Por lo general los proyectiles son de metal y ese recubrimiento les permite penetrar con facilidad en su objetivo.
Flechas, dardos, lanzas y otras armas similares son impulsadas solamente por fuerzas mecánicas aplicadas por otro objeto, por ejemplo: una catapulta, una resortera, una honda, un arco además del lanzamiento sin uso de una herramienta.
Los cañones de riel utilizan campos electromagnéticos para proporcionar una aceleración constante a lo largo del dispositivo.
Todas estas armas funcionan al darle una gran velocidad a sus proyectiles (hipervelocidad) para colisionar transformando la inmensa energía cinética en ondas de choque destructivas y calor.
Una explosión, causada o no por un arma, convierte a los fragmentos lanzados en proyectiles de alta velocidad.